viernes, 30 de mayo de 2008

TELEVIDRIERA

miércoles, 28 de mayo de 2008

El hambre al revés

Los recientes aumentos especulativos en los precios de los alimentos condujeron a una ola de hambre mundial que no tiene precedentes por su escala. La ausencia de medidas de regulación en esos mercados especulativos desencadena esta crisis. La volatilidad en los mercados alimentarios se debe sobre todo a la desregulación, la falta de control sobre los grandes agentes y la ausencia de la intervención estatal para estabilizar los mercados. En ese sentido, la disparada del crudo por encima de los 130 dólares en las últimas jornadas tiene su explicación exclusivamente en la especulación.

En el actual contexto, un congelamiento de la especulación en los mercados de alimentos de primera necesidad, tomado como una imperativa decisión política, contribuiría inmediatamente a bajar los precios de los alimentos. Nada impide hacerlo pero nada hace prever que se esté pensando en un cuidadoso conjunto de medidas en ese sentido. No lo que está proponiendo ni el Banco Mundial ni el Fondo Monetario Internacional.

La crisis alimentaria está ocurriendo mientras hay suficiente comida en el mundo para alimentar a la población global. El hambre no es la consecuencia de la escasez de alimentos sino al revés: en el pasado, los excedentes de alimentos en los países centrales fueron utilizados para desestabilizar las producciones de los países en desarrollo. Según la FAO, el mundo podría aún alimentar hasta 12 billones de personas en el futuro. La producción mundial de grano en 2007/2008 está estimada en 2108 millones de toneladas: un crecimiento de 4,7 por ciento comparado a la del 2006/2007. Esto supera bastante la media de crecimiento del 2,0 por ciento en la pasada década. Aunque la producción permanece a un nivel alto, los especuladores apuestan en la escasez esperada y elevan artificialmente los precios. De acuerdo con la FAO, el precio de los granos de primera necesidad se incrementó un 88 por ciento desde marzo de 2007.

Mientras los especuladores de gran escala se benefician de la crisis actual, la mayoría de los campesinos y agricultores no se benefician de los precios altos. La tierra se vuelve más cara. La especulación con la tierra agrícola va en aumento. Los desalojos a menudo forzados son la consecuencia. Los campesinos que se mantienen cultivan pero la cosecha a menudo ya está vendida al que presta el dinero, a la compañía de insumos agrícolas o directamente al comerciante o a la unidad de procesamiento. Aunque los precios que se pagan a los campesinos han subido para algunos cereales, ese aumento es muy poco comparado con los incrementos en el mercado mundial y a los ajustes que se han impuesto a los consumidores.

La especulación se aprovecha de la escasez relativa de los alimentos. Los vendedores mantienen sus reservas alejadas del mercado para estimular alzas de precio en el mercado nacional, creando enormes beneficios. Las multinacionales adquieren agresivamente enormes áreas de tierras agrícolas alrededor de las ciudades con fines especulativos, expulsando a los campesinos.

Fragmento del informe publicado en el suplemento "Cash" de Pagina/12 por Wim Dierckxsens

martes, 27 de mayo de 2008

¿El mercado globalizado favorese la democratización de la cultura?


El análisis de la relaciones entre mercado y cultura, que se desarrollan al interior de la sociedad capitalista, confrontan diversas posturas cuando se cuestiona si esta unión favorece o no la democratización de la cultura, como también la producción de una cultura no desechable.
El Sociólogo francés, Pierre Bourdieu, publicó en el diario Le Monde una interesante opinión sobre este tema y se explayo acerca del peligro de atar la actividad artística o cultural a la lógica del mercado, lo que inmediatamente generó efusivas críticas, en el mismo medio, por parte de Vincent Tounier, Politólogo en Grenoble. Éste último salió al cruce enarbolando la bandera liberalista y postuló al mercado como único capaz de democratizar la cultura.
A continuación opondremos los dos textos publicados en Le Monde, señalando aciertos, desaciertos, diferencias, similitudes y solidez argumental de ambas posturas, para lograr, si es posible, una mirada ampliada sobre el problema planteado y concientizados de la importancia que conllevan las condiciones en que el arte necesita producirse, las llamadas “condiciones ecológicas del arte”, pero también de la urgente necesidad de democratizar la cultura de una vez y para siempre.
Comenzaremos enunciando algunas cuestiones claves del texto de Bourdieu. Evidentemente para el sociólogo es incompatible la idea de cultura con la de lógica de mercado que busca la máxima ganancia en el corto plazo y lo demuestra diciendo “todas las obras que se exponen en los museos, todas las películas que se conservan en las cinematecas son producto de universos sociales que se constituyen poco a poco independizándose de las leyes del mundo ordinario y, en particular, de la lógica de la ganancia” y luego argumenta “del mismo modo, para tener un cine de autor se requiere un universo social, pequeñas salas y cinematecas que proyecten los clásicos y frecuentadas por los estudiantes, cineclubes animados por profesores de filosofía, cinéfilos formados en la frecuentación de dichas salas, críticos sagaces que escriban en los Cahiers du cinéma, cineastas que hayan aprendido su oficio viendo películas de las cuales pudieran hablar en estos Cahiers, en pocas palabras, todo un medio social en el cual determinado cine tiene valor, es reconocido […] el microcosmos de productores, críticos y receptores sagaces necesario para su supervivencia”.
Pero veamos en este punto qué es lo que Bourdieu no parece advertir y que desata la ira del politólogo. Cuando leemos este párrafo ¿no nos da la sensación que la cultura queda de este modo reducida a la exclusiva intervención de un pequeño grupo de elite, único capaz de desentrañar simbolismos y producir significados artísticos? Como dijimos, Tournier se apoya en esta carencia para criticarlo “se puede entender que para alguien como Bourdieu, los gustos del público masivo estén muy lejos del ideal del arte como medio de lucha contra la burguesía” pues piensa que este no es suficiente argumento para justificar que se mantenga en estas condiciones un sistema cuya única finalidad objetiva es preservar un medio social concebido para y por las elites cultivadas.
Al politólogo también parece molestarlo la “excepción cultural” ,esta nueva trinchera desde donde los intelectuales franceses resisten el capitalismo y una cada vez mayor homogenización cultural, cuando dice “ Si la mundialización de los intercambios culturales volvió obsoleto el modelo nacional elitista” aquí debería agregar : a favor de un internacional corporativista “ también dio a los intelectuales franceses la oportunidad de subirse prestamente a un nuevo caballito de batalla, “la excepción cultural”, gracias a la cual pudieron mantener la vivacidad de una lucha anticapitalista y antiamericana que decididamente tenia dificultades en conservar su legitimidad desde la caída del sistema soviético”.
Tournier, luego explica que la uniformización solo es expresión de las preferencias promedio del gran publico y como en el caso americano, principal aglutinador cultural moderno, “su éxito es consecuencia de lograr expresar con una fuerza notable los valores y las referencias universales, tocando problemáticas y registros simbólicos en los cuales todo el mundo o casi todo el mundo se reconoce”. Evidentemente para el politólogo son irrelevantes las condiciones necesarias para producir cultura o arte no perecedero, porque nada dice al respecto y porque se muestra muy conforme con los resultados obtenidos por la cultura americana de mercado.
Pero Bourdieu parece anticiparse a este exceso de optimismo mercadista y advierte “Buscar la máxima ganancia inmediata no es necesariamente obedecer a la lógica del interés bien entendido, cuando se trata de libros, películas o pinturas: identificar la búsqueda de la máxima ganancia con la búsqueda del máximo publico es exponerse a perder el publico actual sin conquistar otro, a perder el publico relativamente restringido de gente que lee mucho, frecuenta mucho los museos, los teatros y los cines, sin ganar a cambio, nuevos lectores o espectadores ocasionales”. Para el sociólogo solo seria rentable una inversión en los productores y los productos llamados “de calidad” si se cuenta primero con los servicios de un sistema educativo eficaz que amplíe la cantidad del público que frecuente los museos, los teatros, los cines. etc.
Compartimos ampliamente esta ultima idea, porque si analizamos la producción americana no como un “éxito cultural” sino como una “hegemonía cultural” desde una perspectiva marxista y en términos cualitativos, comprobaremos que ésta es fruto del empobrecimiento económico perpetuado contra las masas por parte de los mismos Estados Unidos y su política económica internacional que afecta irremediablemente, como sabemos, todos los ámbitos de la vida humana, entre ellos el cultural. Un ejemplo concreto de esto, salvando sus diferencias, lo brinda la predilección que demuestran de las clases populares por la comida chatarra en lugar de un plato mejor elaborado y nutritivo ante el cual se sentirían extrañados por estar deshabituados a consumirlo. Finalmente los pobres prefieren ese tipo de comida rápida y barata porque se acostumbraron a ella a fuerza de bajos salarios y por el robo del tiempo de sus vidas mediante horas excesivas de trabajo. Por supuesto que la cultura en su carácter abstracto es mucho más compleja, pero no dejan de producirse efectos similares cuando se carece de un hábito intelectual desarrollado por ejemplo el que brinda una enseñanza instructiva más completa.
Para terminar creemos ver también una solución, al problema de poseer masas integradas a una cultura de calidad diversificada que privilegie la vida y la comunicación entre las personas, en la creciente producción incentivada por un mercado independiente del tradicional circuito comercial, de los intermediarios y de las grandes corporaciones. Ayudado por el espacio virtual de Internet y por su enorme poder de llagada a toda la sociedad, en el que rigen otras leyes, ya sean las autoimpuestas por los mismos creadores, tal vez más convenientes al proceso productivo de la cultura y el arte.

Hugo Tartar

Bibliografía:
Bourdieu, Pierre, “Más ganancia, menos cultura” en Le Monde, Francia, 1999.
Tournier, Vincent, “El mercado hace cultura” en Le Monde, Francia, 1999.

La hija de la pavota




Por Pino Solanas*

El conflicto desatado con las retenciones a la renta agraria está dejando de lado uno de los principales protagonistas de la crisis: el sector exportador y las multinacionales del cereal. Los Cargill, Dreyfus, Bunge y Born, A.D.I.T y otros, son los que mandan, fijan el precio y se apropian innecesariamente de una millonaria renta que ha llegado hasta un tercio del total. La Argentina es la hija de la pavota: de los cinco grandes países exportadores de granos, EE.UU. y la CEE subsidian la exportación cerealera e intervienen directamente en apoyo de sus productores; los otros dos países –Australia y Canadá– mantienen el monopolio estatal sobre el comercio agrícola.

La crisis actual debe servir para replantear el conjunto del problema. ¿Cuál es la razón para ceder la renta y una política soberana e integral de sostén agrícola? No sólo para los productores de soja: ¿cómo puede aceptarse que el productor de manzana o yerba mate reciba sólo el 10 por ciento del precio de venta? El desastre económico y social que significó la desaparición del 40 por ciento de los productores rurales que teníamos dos décadas atrás no puede aceptarse como irreversible. El otro tema grave que no puede soslayarse y aunque se pretende olvidar parece ser el más temido, es la reforma agraria. De 430 mil productores agropecuarios pasamos a 300 mil. Esas propiedades quedaron en manos de los bancos, grupos concentrados y sociedades anónimas. Hoy la mitad de la tierra pertenece a menos de siete mil propietarios y 40 millones de hectáreas pasaron a ser propiedad de extranjeros, incluso en áreas de frontera.

La expansión de la producción sojera está arrasando el bosque nativo y las tierras de los pueblos originarios contrariando la Constitución Nacional. La soja forrajera alcanza la mitad de la producción de cereales y el área sembrada llega hoy a los 35 millones de hectáreas, casi el 10 por ciento de la superficie total del país. Con certeza, el ingeniero Alberto Lapolla dice: “La sojización desenfrenada de la nación, lejos de ser un hecho saludable, constituye un verdadero problema en expansión para la economía nacional y la protección de nuestro ecosistema agrícola, así como también para la vida misma de nuestros habitantes... Mientras los EE.UU. están tomando medidas para reducir la superficie sembrada con soja transgénica, pagando sobreprecios y más subsidios por la soja común, la Argentina sigue expandiendo la frontera sojera sin límite ni precaución alguna”.

Por la peligrosa tendencia al monocultivo sojero, nos estamos transformando de productores de alimentos en proveedores de forrajes para el mercado mundial.

Ningún modelo que se asienta en el monocultivo es sustentable: degrada el suelo y el sistema productivo. Desde Menem, hemos abandonando nuestra soberanía alimentaria, junto con la pérdida de los recursos minerales e hidrocarburíferos. El gobierno de los Kirchner ha profundizado este modelo agro-minero exportador: entregó el dominio total de los yacimientos a las provincias y éstas se lanzaron a prolongar –diez años antes de lo que marca la ley– las concesiones de Menem hasta el 2047. Santa Cruz ratificó hace dos semanas la prórroga del principal yacimiento de petróleo del país, Cerro Dragón, por 40 años, es decir, hasta su extinción definitiva. ¿Cuándo será el día en que la ciudadanía ocupe las plazas, bloquee las rutas y los puertos para impedir que se lleven nuestro petróleo y minería? Los hermanos bolivianos dieron el ejemplo en octubre del 2003 rebelándose contra el envío de gas a EE.UU.

La política de retenciones es justa y la han utilizado todas las naciones para desarrollarse. Pero debe distinguirse a los pequeños e indefensos productores, de los grandes y la Sociedad Rural. No se puede meter a todos en la misma bolsa ni ocuparse sólo de las explotaciones de la Pampa Húmeda, mientras se abandona al conjunto de los demás cultivos agrícolas y frutícolas del país. El conflicto agrario no se soluciona con posiciones de fuerza o soberbia gubernamental, ni mezclando la protesta de los pequeños chacareros con los poderosos que terminan exigiendo la anulación total de las retenciones. Los enemigos de la renta agraria siguen siendo las multinacionales del cereal. Sólo con la puesta en marcha de una Junta Nacional de Granos y Carnes y un Plan Nacional de Desarrollo Agropecuario podremos recuperar el conjunto de la renta y dar protección y estímulo a la diversificación de producción agrícola. Recién entonces dejaremos de ser los hijos de la pavota.

* Cineasta, referente de Proyecto Sur.

Publicada el 28 de marzo de 2008 en pagina/12

lunes, 26 de mayo de 2008

Tren Para Todos


Por Pino Solanas

La sociedad argentina padece uno de los más caros e inseguros sistemas de transporte, con catastróficas consecuencias humanas y económicas. En 2007 el transporte vial le ocasionó al país la mayor cantidad de accidentes de su historia, con más de 8000 muertos y miles de heridos. No es sólo imprudencia o el alcohol: es el colapso del sistema de transporte a raíz de la drástica reducción del ferrocarril y las privatizaciones que demostraron ser incapaces de dar mejor servicio que el transporte público.

En todo el mundo se siguió desarrollando el ferrocarril porque es el más económico de todos los transportes y el único que entra a cualquier pueblo con niebla o lluvia. En nuestro país, el plan Larkin (Banco Mundial, año 1959) levantó ramales para hacer economías, pero su real objetivo fue debilitar las economías regionales y la industria nacional. De casi 50.000 km de vías y 130.000 ferroviarios que había en 1955, pasamos a 36.000 km y 95.000 trabajadores en 1989. Hoy tenemos 7000 km y 14.000 ferroviarios y no se puede circular a más de 50 km/hora. ¿Cuáles fueron los ahorros? Ninguno.

Con el gobierno Kirchner pagamos tres veces más que antes: tres millones de dólares por día y con las inversiones, once millones de pesos al año. El Estado paga todos los sueldos, compras y reparaciones y, además, subsidia con más de mil millones de pesos el gasoil de autos, colectivos y camiones, viajemos o no en ellos. Argentina paga uno de los sistemas de transporte más caros del mundo: equivale al 27 por ciento de su PBI, contra el 9 por ciento de Canadá y Australia.

Siendo un país agrario, el transporte automotor no es viable. El ferrocarril cuesta 7 u 8 veces menos: una locomotora arrastra la carga de 50 camiones; un tren mediano lleva tantos pasajeros como 19 ómnibus. Con la mitad de lo que gastarán en el “tren bala” se reconstruyen a nuevo 11.000 km de vías para los cargueros y 7000 km para los cinco grandes ramales a las provincias, más 300 locomotoras y cientos de vagones nuevos para poder circular a 120 km por hora. La reconstrucción de la industria ferroviaria pública puede crear miles de puestos de trabajo en vez de comprar trenes en desuso –caros y sin repuestos– de Portugal o España. El secretario de Transporte, Ricardo Jaime, debería explicar por qué derrocha los recursos en chatarra ferroviaria.

Frente a la crisis y la desinformación, el kirchnerismo quiere hacer votar en las sesiones extraordinarias de la Cámara de Diputados la Ley de Reordenamiento Ferroviario, sin el necesario debate y cerrando la ronda de consultas. Tras su paso por el Senado, el proyecto de ley fue vaciado de contenido: el Estado les seguirá sirviendo la mesa a los mismos concesionarios que nos comen desde Menem. Con la complicidad de funcionarios, son responsables del vaciamiento impune de los 37 talleres-fábricas con sus miles de máquinas y repuestos, más el destrozo y robo de miles de vagones y locomotoras. El valioso patrimonio fue entregado sin inventario previo a los Taselli, Cirigliano, Roggio, Romero, Techint, Urquía, Brahma, Camargo Correa. Hoy poco queda de él y ninguna denuncia penal prosperó.

La medida más salvaje de las privatizaciones fue sacarles a los pueblos los trenes interurbanos que unían las provincias. Nada golpeó más a los productores y las economías; se perdió la carga difusa y el servicio de correo. Miles de poblaciones sin pavimento hasta la ruta quedaron aisladas; 800 estaciones cerraron; sus pueblos se transformaron en fantasmas y un millón de habitantes emigró hacia las capitales.

Frente a la tragedia social, el proyecto de Cristina Fernández no es reconstruir la red que integraba al país, sino instalar el tren bala hacia Rosario y Córdoba y a Mar del Plata. Su modelo referencial es Puerto Madero, obra de la corporación creada por Menem y Grosso que se apropió de los terrenos públicos del puerto sin pagar nada. Hoy el metro cubierto se vende a u$s 4000: ¿podrán comprar los argentinos o sólo los extranjeros?

El tren bala es antidemocrático y antinacional: su boleto será caro, aumentará la dependencia tecnológica y la deuda externa. El imperativo es restituirle al pueblo su derecho al transporte: volver al tren para todos, un servicio interurbano seguro y confortable, y revisar el modelo actual para reducir las víctimas y costos de la guerra del automotor. El tren debe volver a ser una cultura de la comunicación que integre a la Nación.

* Integrante de Proyecto Sur.

Yerba Mala


Es ya sabido que el cultivo exaustivo de soja causa efectos devastadores en la tierra.
Esta fotografía tomada en la provincia de Bs As demuestra con exactitud a que nos referimos. Como vemos, la simpática plantita presenta algunas particularidades e incluso parece corporizar la idea que los productores sojeros tienen de dicho cultivo.

viernes, 23 de mayo de 2008

La estepa, el lobo y la luna


La palabra inicial, la que sin dudas desencadeno toda esta manía hogareña y dio el sello distintivo a esta pasión inaudita, fue indudablemente “estepa”. Y fue mi abuelo, caminando frente a la nieve arenosa al caer la tarde (cuando cada ventanal de la casa, reflejando el poniente, arrojaba sobre la estepa destellos rosados) quien concibió estepas enormes y desoladas, apropiándose a tal punto de la palabra con ese sentido desfigurado que en nuestra familia pronto dejo de significar un humilde jardín nevado para identificarse, como quería mi abuelo, con la extensión, la soledad y la aridez.
Pronto la sola mención de una “estepa” en las cenas familiares terminó evocando un país desmesurado donde campesinos ebrios se revolcaban con princesas lujuriosas, donde seres apasionados por interrogar el diverso con preguntas inconcebibles morían congelados en el pescante de su trineo o mataban usureras a hachazos, más un alud de revoluciones y batallas, trenes solitarios humeando en la planicie blanca y campos de confinamiento donde gentes demasiado valerosas o estupidas purgaban sus disensiones con regimenes políticos sanguinarios. Estepa, como digo, fue la palabra inicial, según las notas de mi abuelo, la palabra clave que por puro magnetismo fue congregando otras alrededor –reales, inventadas o transfiguradas, yo ya no sé distinguirlas porque ese léxico fantástico ha pasado a formar parte de mi lenguaje y mi pensamiento-, que a su vez fueron aglutinando nuevos racimos de palabras y modelando formas inexploradas. Así un sonido simple como “lobo”, dos globos de aire separados por una brisa entre los labios, adquirió por asociación con “estepa” los rasgos de un animal cruento que encarnaba todos los horrores de la noche del caos y a la vez se recortaba con un perfil melancólico contra la “luna” que plasmó con fuerza de aullidos y que luego transformamos en un astro también melancólico y estepario.

Fragmento del cuento "Fiat mundus" de Carlos Gardini

jueves, 22 de mayo de 2008

El viernes 30 de mayo ya tiene donde ir

La voz del desasosiego




" Pedí tan poco a la vida y ese mismo poco la vida me lo negó. un haz de parte del sol, un campo próximo, un poco de sosiego con un poco de pan, no pesarme mucho el saber que existo, y no exigir nada de los otros ni ellos nada de mí. esto mismo me fue negado, como quien niega la limosna no por falta de buena alma, sino por tener que desabrocharse la chaqueta. Escribo, triste, en mi cuarto tranquilo, solo como siempre yo he estado, solo como siempre estaré. y pienso si mi voz, aparentemente tan poca cosa, no encarna la sustancia de millares de voces, el hambre de decirse de millares de vidas, la paciencia de millones de almas sometidas como la mía al destino cotidiano, al sueño inútil, a la esperanza sin vestigios. en estos momentos mi corazón late más alto por mi conciencia de él. vivo más porque vivo mayor. Siento en mi persona una fuerza religiosa, una especie de oración, un símil de clamor. pero mi reacción contra mi desciende desde mi inteligencia... me veo en el cuarto piso de la rua dos douradores, me ayudo con sueño; miro, sobre el papel medio escrito, la vida sana sin belleza y el cigarro barato que apurándolo extiendo sobre el secante viejo. ¡yo, aquí, en este cuarto piso, interpelando a la vida!, ¡diciendo lo que las almas sienten!, ¡haciendo prosa como los genios y los célebres! ¡yo, aquí, así...!
(...)
El mundo es de quien no siente. La condición esencial para ser un hombre práctico es la ausencia de sensibilidad. La cualidad principal en la práctica de la vida es aquella cualidad que conduce a la acción, esto es, la voluntad. Ahora bien, hay dos cosas que estorban a la acción –la sensibilidad y el pensamiento analítico, que no es, a fin de cuentas, otra cosa que el pensamiento con sensibilidad. Toda acción es, por naturaleza, la proyección de la personalidad sobre el mundo exterior, y como el mundo exterior está en buena y en su principal parte compuesto por seres humanos, se deduce que esa proyección de la personalidad consiste esencialmente en atravesarnos en el camino ajeno, en estorbar, herir o destrozar a los demás, según nuestra manera de actuar. Para actuar es necesario, por tanto, que no nos figuremos con facilidad las personalidades ajenas, sus penas y alegrías. Quien simpatiza, se detiene. El hombre de acción considera el mundo exterior como compuesto exclusivamente de materia inerte –inerte en sí misma, como una piedra sobre la que se pasa o a la que se aparta del camino; o inerte como un ser humano que, por no poder oponerle resistencia, tanto da que sea hombre o piedra, pues, como a la piedra, o se le apartó o se le pasó por encima. El máximo ejemplo de hombre práctico, por reunir la extrema concentración de la acción junto con su importancia extrema, es la del estratega. Toda la vida es guerra, y la batalla es, pues, la síntesis de la vida. Ahora bien, el estratega es un hombre que juega con vidas como el jugador de ajedrez juega con las piezas del juego. ¿Qué sería del estratega si pensara que cada lance de su juego lleva la noche a mil hogares y el dolor a tres mil corazones? ¿Qué sería del mundo si fuéramos humanos? Si el hombre sintiera de verdad, no habría civilización. El arte sirve de fuga hacia la sensibilidad que la acción tuvo que olvidar. "

Fernando Pessoa
El libro del desasosiego (fragmento)

miércoles, 21 de mayo de 2008

CRISIS HUMANA



Oferta imperdible!! vendo fuerza de trabajo en muy buen estado, primera mano, eventualmente profesional y con garantia. Entrego a domicilio.
Obs: acompaña de regalo un juego de desilusiones

Buenos días, ahora sí a ponerse en marcha y que mejor que al ritmo de las locomotoras que nos benefician, por favor , si estan de acuerdo con el proyecto, apoyen esta campaña. www.trenparatodos.com.ar

martes, 20 de mayo de 2008

Coloquemos la piedra fundamental



Empecemos por el final, excepto el amnesico, siempre trágico final.