miércoles, 24 de septiembre de 2008

Luna sobre Porto Alegre

(para Maricel Lopez)
de Kevin Johansen


No sé si la luna está sobre Porto Alegre
O si Porto Alegre está sobre la luna
Nunca estuve tan perdido en mi vida
Y así me gusta, me gusta así.

No sé si habrá un amor en cada puerto
O un puerto en cada uno de mis amores
Donde anclar un pobre barco, casi hundido
Y así nos gusta, nos gusta así.

Hay cosas que no se explican
Cosas que no se entienden
Y así yo las quiero dejar

Hay cosas que no se dicen
Cosas que no se piensan
Y todo sabemos igual

No sé si la luna esta sobre Porto Alegre
O si están al lado, una de la otra
Hoy un sentimiento extraño me provoca
Tenerte cerca , lejos de mí.

No sé si estaré finalmente enamorado
Me aterra el futuro y me agobia el pasado
Lo que era importante nunca me ha importado
Y así me gusta, me gusta, si.

Hay cosas que no se explican
Cosas que no se entienden
Y así no las quiero dejar

Hay cosas que no se miran
Cosas que no se tocan
Y todos queremos tocar

No sé si la luna está sobre Porto Alegre…

Y yo para mi pichuka, con quien alguna vez tambien nos perdimos en aquella luna.

lunes, 22 de septiembre de 2008

MANUAL DE INSTRUCCIONES

La tarea de ablandar el ladrillo todos los días, la tarea de abrirse paso en
la masa pegajosa que se proclama mundo, cada mañana topar con el paralelepípedo de nombre repugnante, con la satisfacción perruna de que
todo esté en su sitio, la misma mujer al lado, los mismos zapatos, el mismo
sabor de la misma pasta dentífrica, la misma tristeza de las casas de
enfrente, del sucio tablero de ventanas de tiempo con su letrero «Hotel de
Belgique».
Meter la cabeza como un toro desganado contra la masa transparente en
cuyo centro tomamos café con leche y abrimos el diario para saber lo que
ocurrió en cualquiera de los rincones del ladrillo de cristal. Negarse a que el
acto delicado de girar el picaporte, ese acto por el cual todo podría
transformarse, se cumpla con la fría eficacia de un reflejo cotidiano. Hasta
luego, querida. Que te vaya bien.
Apretar una cucharita entre los dedos y sentir su latido de metal, su
advertencia sospechosa. Cómo duele negar una cucharita, negar una puerta,
negar todo lo que el hábito lame hasta darle suavidad satisfactoria. Tanto
más simple aceptar la fácil solicitud de la cuchara, emplearla para revolver
el café.
Y no que esté mal si las cosas nos encuentran otra vez cada día y son las
mismas. Que a nuestro lado haya la misma mujer, el mismo reloj, y que la
novela abierta sobre la mesa eche a andar otra vez en la bicicleta de
nuestros anteojos, ¿por qué estaría mal? Pero como un toro triste hay que
agachar la cabeza, del centro del ladrillo de cristal empujar hacia afuera,
hacia lo otro tan cerca de nosotros, inasible como el picador tan cerca del
toro. Castigarse los ojos mirando eso que anda por el cielo y acepta
taimadamente su nombre de nube, su réplica catalogada en la memoria. No
creas que el teléfono va a darte los números que buscas. ¿Por qué te los
daría? Solamente vendrá lo que tienes preparado y resuelto, el triste reflejo
de tu esperanza, ese mono que se rasca sobre una mesa y tiembla de frío.
Rómpele la cabeza a ese mono, corre desde el centro de la pared y ábrete
paso. ¡Oh, como cantan en el piso de arriba! Hay un piso de arriba en esta
casa, con otras gentes. Hay un piso de arriba donde vive gente que no
sospecha su piso de abajo, y estamos todos en el ladrillo de cristal. Y si de
pronto una polilla se para al borde de un lápiz y late como un fuego
ceniciento, mírala, yo la estoy mirando, estoy palpando su corazón
pequeñísimo, y la oigo, esa polilla resuena en la pasta de cristal congelado,
no todo está perdido. Cuando abra la puerta y me asome a la escalera, sabré
que abajo empieza la calle; no el molde ya aceptado, no las casas ya
sabidas, no el hotel de enfrente; la calle, la viva floresta donde cada instante
puede arrojarse sobre mí como una magnolia, donde las caras van a nacer
cuando las mire, cuando avance un poco más, cuando con los codos y las
pestañas y las uñas me rompa minuciosamente contra la pasta del ladrillo de
cristal, y juegue mi vida mientras avanzo paso a paso para ir a comprar el
diario a la esquina.

JULIO CORTÁZAR



y frente al espejo aceptar la suavidad de una cara conocida negando toda su posible indefinicion o tal vez, si no todo esta perdido, inventarse y descubrirse cada mañana como a cualquier otro rostro en la calle.

jueves, 18 de septiembre de 2008

BUEN VIAJE





miércoles, 17 de septiembre de 2008

TODOS POR TODOS

Por favor hace click acá y enterate

miércoles, 10 de septiembre de 2008

Antes que termine el día, dos cositas más

la primera: ofrecerles un rumbo posible para el sabado, la banda de un amigo baterista toca en San Telmo.



la segunda: compartir este muy buen tragichiste

martes, 9 de septiembre de 2008

You Speak My Language (Morphine)




All around the world everywhere I go
No one understands me no one knows
What I'm trying to say
Everywhere I go no one understands me
They look at me when I talk to them
And they scratch their head
They go what's he trying to say
But you you speak my language (x2)
Yea yes
All around the world everywhere I go
No one understands me no one knows
What I'm trying to say
Even in my home town
My friends make me write it down
They look at me when I talk to them
And they shrug their shoulders
They go what's he talking about
But you you speak my language (x2)
Yes
Kabrula kaysay Brula Amal amala senda Kumahn Brendhaa (x2)
Kabrula kaysay Brula Amal amala senda (x2) Kumahn Brendhaa (x2) Brendhaa =
Yea
you you speak my language
You you speak my language
Yea yes
Kabrula kaysay Brula Amal amala senda Kumahn Brendhaa (x3)
Kumahn Brendhaa (x2)
Kabrula kaysay Brula Amal amala senda Kumahn Brendhaa (x2)
Brendhaa
Kumahn Brendhaa
Oh
Brendhaa oh ha ha ha
You speak my language
Yea you speak my language
Yes

miércoles, 3 de septiembre de 2008

Trauma Infantil



Esta escena (mas el video "Trhiller" de M. Jackson) se han reproducido incontables veces en mis sueños a lo largo de mi corta vida y como soy generoso o hijo de puta queria compartir con uds este viejo trauma evidentemente, por repetido, no superado.

Decrescer