Son pájaros de la noche
que oímos cantar y nunca vemos.
Cuando el granizo volvió
la campana sonó y
despertó sus tristezas atronando su nidos.
Esperando allí nomás,
en el camino,
la bella señora está, desencarnada.
Cuando la noche es más oscura
se viene el día en tu corazón.
La sangre llama otra vez porque sigue latiendo, ¡sí late más!
El pulso del trip ya se siente y a la ruta te lanza por un efímero sueño nuevo, desechable tal vez, tal vez sin sentido, tal vez.
Quizás porque vamos estamos, pertenecemos, somos, damos y aunque la imagen al final se transparente y vemos atrás seguimos igual, por ese día único desigual que nos despierta como la liebre para después dormirnos cansados y felices como la tortuga.
Allí estaremos:
1 comentario:
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